La natalidad disminuye, la esperanza de vida aumenta y las estructuras familiares y sociales cambian. La clásica familia extensa, en la que diferentes generaciones viven bajo el mismo techo y todos pueden aportar sus talentos, ya casi no existe.
Por ello, cada vez es más popular vivir en comunidad con "familiares de elección" y/o amigos. Se trata de la búsqueda de nuevas formas de comunidad en la sociedad y de una nueva forma de convivencia, en lugar de limitarse a atender a las personas mayores. Los nuevos proyectos residenciales ofrecen nuevas cualidades de vida a través de diversos requisitos adicionales, como la vida intergeneracional y adecuada a cada generación, la orientación medioambiental y la responsabilidad vecinal.
Sin embargo, estos inmuebles residenciales no se ofrecen en el mercado inmobiliario habitual. Los grupos de construcción y vivienda utilizan aquí su propia iniciativa incorporando a la planificación las ideas del grupo sobre la vida en común.